El pela-zanahorias

21 Ene

En mi barrio de este año no hay ni una sola tienda de chuches cerca, ni una panadería, ni nada. A veces me pregunto si sus habitantes no formaremos parte de un estudio epidemiológico secreto de las autoridades sanitarias para comprobar que así estamos más sanos que la media, porque lo que son caprichos… ni uno. Porque claro, no hay lugar a que se repitan varios momentos del año pasado, a saber:

1. «Voy a bajar a comprar X, ¿quieres algo?» «Sí, súbeme una palmerita, porfa» (esta conversación se ha dado a todas las horas posibles, porque la panadería abría así como a las 6 de la mañana y cerraba a las 10 de la noche).

2. «Voy a ver una peli. Mmm, me voy a acercar a comprarle pipas al señor de la voz bonita…» (¿¿qué pasó con ese hombre?? Desapareció de la noche a la mañana, y yo estaba totalmente enganchada a su voz y a su forma de hablar…).

3. Cualquier día, a cualquier hora (por ejemplo, domingo a las doce de la noche): «Voy al Opencor a comprar un subrayador/una pizza/un helado de chocolate» (qué habría sido de nosotros muchas veces sin el Opencor, a pesar de sus precios abusivos).

Total, que aquí para cualquier mínima tontería ya tienes que ir al Mercadona, que tampoco está para morirse de lejos… pero ya tienes que andar un trozo de avenida y cruzarte de acera. Y una es vaga y friolera, qué le vamos a hacer. Por eso, para consolarme cuando me muero de ganas de picar algo, mi estrategia de los últimos meses ha consistido en comprarme redes enormes de zanahorias. Cuando me entra la gusilla, me como una o dos (no sé si llegaré a emular mi hazaña de pequeña, que consistió en ponerme totalmente amarilla a fuerza de comer zanahorias -¡me encantaban!-. Me llevaron al médico porque creían que estaba ictérica). Y en fin, son más sanas que otras cosas que pueda picar, así que además de calmar mi hambre calmo mi conciencia.

La cosa es que esta tarde he abierto el frigorífico, he mirado las zanahorias y ellas me han devuelto la mirada.  De repente, me apetecían mucho unos gusanitos. Me he puesto el abrigo para salir a la calle, en silencio… cuando en mi cabeza ha resonado un «¿¿SE PUEDE SABER A DONDE VAS??». Mierda, la parte sensata de mi cerebro (la que ha estudiado Nutrición y Salud Pública) me ha descubierto. «Mmm, no, voy… a comprar un pela-zanahorias, que no tengo y me hace falta» (la parte mentirosa de mi cerebro se intenta justificar). «¿Y para eso estamos subiendo y bajando escaleras, comiendo sin excesos y vetando cosas insanas como las que te quieres comer ahora? ¿Vamos a tirar todo eso por la borda, eh?» (vuelve a la carga). «Por favor, no le hagas caso, por una vez no pasa nada…» (ahora solloza el centro del hambre de mi cerebro, directamente conectada con mi estómago).

¿Y qué hago yo discutiendo con todos vosotros? En definitiva, ¿qué hago discutiendo conmigo misma? Hala, que os den por saco a todos, me voy a la calle. (Sí, es triste, pero así de grillada estoy).

Y bajé al chino, a comprar un pela-zanahorias (¿qué os creíais, eh?). Por cierto, ahí me di cuenta de que no sé como se llama ese cacharro de verdad. Quiero decir, en mi casa lo usamos para pelar zanahorias, por eso lo llamamos así, el pela-zanahorias (sí, somos así de simples), pero sé que hay gente que también lo usa para pelar patatas, no sé cómo porque a mí no me sale. Pues nada, ahí me ves en el chino, sospechando que el instrumento que estoy buscando sólo lo llamamos así en mi familia, y sin verlo por ninguna parte. Me estaba planteando seriamente si tendría ovarios de describírselo de alguna forma al amable dependiente que no habla español («sí, mire… es una cosa que yo uso para pelar zanahorias, pero que también se usa para pelar más cosas… y es así como parecido a una cuchilla de afeitar, pero inequívocamente de cocina»), cuando de pronto lo descubrí. Bingo. Pagué y me fui a casa.

En fin, lectores,  ya que habéis llegado hasta aquí, hago un llamamiento y una petición de ayuda. Si más o menos os imagináis el cacharro del que estoy hablando, ¿vosotros cómo lo llamáis? ¿Tiene algún nombre específico y yo no me he enterado? Ilustradme, por favor.

Las culpables, esperando a ser peladas.

P.D. No lo iba a decir, pero… Que sí, que al final fui al Mercadona y me compré una bolsa enorme de gusanitos 🙂 (¡qué débil soy!).

P.D. 2 … Vale… y otra de palomitas… (soy muy, muy, muy débil). Aunque en mi defensa diré que esa aún no me la he comido^^

10 respuestas to “El pela-zanahorias”

  1. otacon89 enero 22, 2011 a 12:55 am #

    Si es algo parecido a esto: http://www.tescoma.cz/pic/423004.jpg

    Es un pelapatatas, de toda la vida XDDDDD

  2. Mamen enero 22, 2011 a 8:24 am #

    Seguro que este enlace te resulta interesante http://es.wikipedia.org/wiki/Pelador jajaja. Por cierto. Un capricho de vez en cuando no hace daño y es mejor que el ansia por la comida que te da el no comertelo (o eso me digo yo para comer a todas horas jajaja) Un besico 😉

  3. dparra4587 enero 22, 2011 a 11:07 am #

    Brillante… xD me he divertido mucho leyendo esta actualización.

    Un «pelador», desde luego, simplifica de sobremanera la labor de pelar cualquier pielecilla.
    Disfruta las palomitas mientras estudias; mucha suerte con los exámenes 🙂

  4. diego enero 22, 2011 a 1:59 pm #

    y pensar que justo delante de la puerta de tu casa tienes una tienda de pollos…y adomicilio!
    por dios vir, por dios!analiza la situacion!
    hambre–>comida–>pollos asados!
    necesitas que te haga un crokis mas detallado?…xDDDDD
    un kiss!!!!

  5. Bea enero 23, 2011 a 6:11 pm #

    Tranqui, tu compi de piso se comerá las palomitas ;D

  6. Fran Rojas enero 24, 2011 a 2:30 pm #

    xDDD Aqui se demuestra como mentes complejas e inteligentes se ven en la dificultad de nombrar algo tan simple como un pelador, pelapatatas, o pelatodo (casitodo… xD).

    Yo toy deacuerdo con los pollos… pa algo están. Y lo de volverte amarilla con las zanaorias… cuántas comias?? jajajaja

    Madre mía que de cosas en este post. Me ha gustao, y no mientas… algo más comprarias jajaja. Un beso!!

    PD: de nada por hacer nevar jajaja

  7. virgymr enero 24, 2011 a 7:44 pm #

    Mmm, así que pelador… porque «pelapatatas» me suena igual que «pelazanahorias», jaja. Por cierto, supongo que las patatas que pelaréis con el son las blancas perfectas, porque las rojas con millones de hoyos… no hay manera, donde esté mi cuchillo afilado que se quite todo lo demás.

    Gracias por las aportaciones. Por cierto, el chino hizo una más: al día siguiente vi que en el envoltorio ponía «perador». En fin…

    Claro, Diego y Fran: cuando me entre hambre, un pollo…¬¬ Pero se os ha olvidado decir que son «sin encargo»!! Esa es la magia xDD.

  8. otacon89 enero 24, 2011 a 9:55 pm #

    En mi defensa digo que la foto la encontré poniendo «pelapatatas» en google y todos sabemos que google nunca se equivoca… XDDDD

  9. Ana enero 25, 2011 a 12:27 pm #

    Sabes que las madres encontramos todo.Seguro que si me doy una vuelta por tu barrio te encuentro una tienda de chuches cerca.
    Y si hija, desde preescolar ya apuntabas maneras. Creo que tu almuerzo más feliz fue el día que te puse para comer como plato único una ensalada enorme para ti sola con verduras de todos los colores. Y yo deseando que me pidieras pronto el bocadillo de jamón en la merienda porque estabas muy delgadita y me preocupaba que estuvieses bien alimentada.
    Está claro que no se puede luchar contra las inclinaciones naturales de cada uno. Besitos

  10. Fran Rojas enero 26, 2011 a 1:47 pm #

    Sin encargo… gran cartel, referencia para todo buen viajero jajajaja

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