¿Restaurar respetando o innovando? La Alcazaba de Almería

11 Feb

Como Almería no suele salir mucho en las noticias, me entero de las novedades cuando voy por allí. Y el último fin de semana que estuve me tocó indignarme de la aberración que se ha cometido en la Alcazaba. (Aviso a navegantes: post largo, tomaos vuestro tiempo :P).

 

La Alcazaba y sus planchas denigrantes...

Como veis en la imagen, se han colocado en la muralla dos placas enormes de acero corten, que le pegan tanto como a un santo dos pistolas (sin desarrollar el símil: ya sabemos que muchos santos de la iglesia católica mataban a la gente que era un gusto). La cosa es, como denuncia la Asociación de Amigos de la Alcazaba de Almería, que ese material no tiene absolutamente nada que ver con la tradición arquitectónica del resto de la Alcazaba. Es simplemente un “parche” que hace daño a la vista, y está claro que la restauración de la muralla se podía haber hecho siguiendo unos criterios más respetuosos con la historia de Almería y con la estética en general.

Y aquí es donde podemos plantearnos una cuestión interesante. Cuando se restaura un edificio antiguo, ¿debemos restaurar simplemente y dejarlo “como estaba” hace cientos de años, o es lícito que pongamos nuestro toque de modernidad y de siglo XXI? Hay quienes afirman que si únicamente nos dedicamos a restaurar y a continuar con los cánones arquitectónicos del pasado, en el futuro no dejaremos nada representativo del tiempo en el que vivimos. Al fin y al cabo, somos hijos de nuestra época, y lo mismo que esto se refleja en las costumbres sociales, también queda patente en los edificios: por ejemplo, si en un barrio se levanta una iglesia, con toda seguridad no se va a hacer un edificio gótico; y las casas en las que habitamos poco se parecen a las casas del imperio romano. La verdad es que es un tema que da pie a la reflexión.

Ahora bien, una cosa es que se construyan enormes rascacielos y edificios “raros” y modernos, y otra muy distinta es que los construyamos encima de edificaciones históricas. Desgraciadamente, esto se ha hecho en todas las épocas y con el tiempo “lo nuevo” también acaba pasando a ser “histórico”. Recordemos, si no, el palacio de Carlos V en la Alhambra. Sí, es emblemático y todo eso, pero cuando pienso en que los Reyes Católicos en su día se cargaron una parte de la Alhambra para construirlo me pongo enferma. Otro tanto con iglesias católicas que se han levantado encima de mezquitas, sinagogas, etc. Por razones de historia y de trasiego de distintas civilizaciones, nuestro país está lleno de ejemplos similares.

Pero hay varias formas de restaurar. El arquitecto puede “dejar su toque” siendo totalmente respetuoso con el edificio, sin que se note demasiado y haciendo un guiño simpático (pensad en el astronauta de la catedral de Salamanca); o bien puede tirar de egolatría y ganas de crear polémica y levantar un engendro que en nada se corresponde con su entorno natural ni con el resto de la construcción. Un ejemplo clarísimo es lo que ha ocurrido en la Alcazaba, pero también pienso en la bodega Marqués de Riscal (una de las más antiguas de La Rioja), proyecto del que se encargó el mismo arquitecto del Guggenheim. Y supongo que habrá gente que se me tirará al cuello por criticarla. La construcción en sí no es fea del todo, habría quedado bien en cualquier otro lugar, pero creedme, yo he pasado por el lado y no pega absolutamente nada con el paisaje.

 

Marqués de Riscal

 

En fin, en lo de la Alcazaba queda claro también que la culpa no es exclusivamente del arquitecto. Él realizó su proyecto, la Junta de Andalucía lo ha aprobado y el Ayuntamiento de Almería ha concedido el permiso de obras. En qué estaba pensando la Junta, no lo sé (seguro que en la Ley de Patrimonio Histórico no), pero ya estamos acostumbrados a que no se esmere mucho con Almería. Que la Alcazaba no sea un monumento famosísimo (porque no se promociona bien, a pesar de ser la segunda construcción árabe más grande de España) también ha contribuido: me pregunto si se habría aprobado este proyecto para “restaurar” la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Giralda de Sevilla.

Ojalá se haga caso a la opinión pública de los almerienses y se retiren esas dos planchas denigrantes. De momento, la Asociación de Amigos de la Alcazaba, al margen de otras iniciativas y en clave de humor, ha realizado recreaciones de cómo quedarían las placas de acero en algunos otros monumentos bien conocidos por todos. Echad un vistazo…

 

6 respuestas to “¿Restaurar respetando o innovando? La Alcazaba de Almería”

  1. historiaenelcine febrero 11, 2011 a 9:10 pm #

    Pues todo no queda ahí, quizás lo mas escandaloso sea la «restauración» que han hecho en otras partes, como el mausoleo de Abla, el cual estaba en unas condiciones lamentables, pero la restauración es más lamentable aún. Echadle un vistazo.

    Vivan las alpacas!!


    El debate sobre como restaurar es muy amplio y diverso, pero en mi opninón , la mejor manera de hacerlo es utilizando el material de base de la construcción y diferenciar mediante algún tipo de guía lo antiguo de lo nuevo, pero estando todo integrado en el edificio, escultura,… pues lo importante no es la restauración, sino la posiblidad de contemplar de nuevo una pieza su estado más o menos natural.

    Un saludo. Juanfra

  2. Dani febrero 11, 2011 a 9:29 pm #

    Cada vez que lo veo me sacan la vena. El dichoso individualismo de poner la firma, aún a costa del monumento. Y yo que hace dos meses cuando vi los andamios me alegré inocentemente, cawen… Todo por no usar el tapial, porque si lo usas no sales en programas como ‘¿quién vive ahí?’ jej

  3. Fran Rojas febrero 12, 2011 a 12:00 am #

    El artículo lo describe perfectamente, y no sé que podría añadir. Contestaré a tu pregunta, la de cómo restaurar un monumento.

    Dependiendo de la importancia del monumento y de por qué es un monumento protegido. En el caso de la Alcazaba, esta claro que es su origen, pues debe ser restaurada siguiendo la linea de construcción, ni modernidades ni mierdas en vinagre…

    Si no, ¿por qué se conserva? pues la tiramos y hacemos un peazo de edificio museo… o porque no… un centro comercial.

    En fin, solo dejar claro que esto no es culpa del dichoso arquitecto, si el pobre no sabe hacer algo bueno, tendrá que vivir de la polémica. La culpa es de la dichosa junta, que le importa bien poco lo que le ocurra a la Alcazaba. Que pongan esas planchas en el Parlamento Andaluz, en Sevilla, a ver que gracia les haría.

    Un gran post, nos estás acostumbrando a lo bueno… sigue así que luego nos quejaremos si baja la calidad xDD.

    Un besico

  4. historiaenelcine febrero 13, 2011 a 1:19 pm #

    En cuanto al arquitecto, es el principal culpable junto a la Admisnistración que lo contrata, pues ambas conforman una élite bastante perniciosa. Pero en todo caso, es que un arquitecto no debería hacer esto, sino un restaurador.

    • virgymr febrero 13, 2011 a 8:51 pm #

      Y yo creo además que un arquitecto debería tener algo de sentido estético y respeto arquitectónico,pero por lo visto soy un poco ilusa :S

      Y lo del mausoleo de Abla es clamoroso, qué vergüenza…

  5. Dani febrero 14, 2011 a 12:15 pm #

    Es el mismo arquitecto que «restauró» el mausoleo de Abla, Jesús Basterra Pinilla.

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